miércoles, 19 de mayo de 2010

de verano (serie en algunos capítulos)




A mediados de julio aún no teníamos organizada nuestra escapada. No es que seamos muy planificadores, pero faltaba un mes y en esas fechas no iba a ser fácil encontrar algo. Un día llegó él y me dijo que ya teníamos casa... "este año iremos a Asturias" Genial,  me encanta el clima y el paisaje. Y ¿cómo has conseguido el sitio? "Nada, nada, ha sido fácil. Ya he hablado con la dueña y está encantada de que vayamos".

Cuando los niños eran más pequeños, nos guardábamos diez días de vacaciones para hacer un viaje juntos. Recorrimos media España. Intentábamos que fueran casas alejadas de los pueblos, en las que pudiéramos hacer vida de familia.
Nos pusimos en marcha a mitad de agosto. El me había descrito en parte el sitio y yo le había puesto imaginación, ni siquiera lo busqué en la red, esa es la verdad. Me habló de una aldea perdida entre León, Galicia y Asturias, de un río y un puente. Podíamos comer en la casa y había un cuarto con literas.  Nunca nos asustaron los kilómetros, eran más de 900. No importa, aunque M. se empeñó en llevar a Eliset, su conejito q.e.p.d. Y con la jaula encima de sus rodillas y los tres niños, qué guapos eran y qué pequeños, una botella de agua y mil canciones, empezamos a recorrer autovía... y autovía.
A él no le gusta mucho parar, lo imprescindible; total, en la autovía no hay nada. Cuando quedaban unos 100  salimos por fin de la tortura en línea recta y canciones desafinadas para entrar en otro mundo, la Galicia profunda. A mucha menos velocidad, pero más prisa, nos íbamos acercando a nuestro destino. El río, el puente, la casa en la ladera. Volvimos a entonar las canciones, aunque Eliset se revolvía en su jaula y M. dijo que prefería conducir a llevarla encima...

Después de subir un puerto de montaña con más de cien curvas en las que comprobamos que los conejos aguantan bien los viajes, paramos para ver desde arriba el río y nuestra aldea que, desde aquel mirador, parecía estar a más kilómetros que los recorridos. Mucho silencio y  más despoblado aún de lo que él me había dicho. Venga, todos al coche, que ya llegamos. Suele pasar que cuando algo es inminente me entran dudas que no me planteo de antemano: ¿estaremos bien allí, qué impresión te dio por teléfono, cocina ella, no habrá perros, habrá más gente, y si se ponen enfermos, a cuánto está el pueblo más cercano? Cositas así. El  muy seguro, " te va a encantar, ya verás" 

Llegamos al río, bastante más caudaloso de lo esperado, y tomamos un camino sin asfaltar que llevaba al puente que cruzaba a la otra orilla. Emoción sin par la de los niños. La de Eliset también, por salir de la jaula, supongo. Y ya, a nada, para el coche él, se baja y nos dice:  "mirad, mirad qué puente; allí, al otro lado, está nuestra casa. Viva, viva, ya hemos llegado"


8 comentarios:

tomae dijo...

...lolo buen comienzo, para lo que siempre es una bonita historia. En casa hemos logrado encontrar "casa" para tal cometido, vacaciones familiares, (cruzo los dedos para que siga siendo así). Me hace feliz pensar como en nuestros pequeños se impregan estos dias de asueto familiar.

...es un buen comienzo, y una bonita historia para contar la vida de un conejo...¿ contarás como murió Eliset?

Buenas tardes conjugadora de...(a 900 Km de Asturias)

Mariapi dijo...

Al otro lado del puente...tendremos que esperar.

Me intriga como será la nitidez que él tenga de lo que le encanta a la protagonista.

Preciosa canción. Gracias, un besico.

lolo dijo...

Bueno Tomae, si esto te parece un buen comienzo espera a lo que sigue.
De Eliset contaré sólo lo imprescindible, me vas a perdonar... Pero es verdad, sería divertido escribir su vida.
Gracias por tu visita.

lolo dijo...

Mariapi, tardarás un poco en ver con nitidez. Espero fidelizarte y que lo consigas. Me estoy divirtiendo mucho al recordarlo.
Gracias por estar al otro lado... de este puente.

ana dijo...

Lolo, me has recordado los escritos de Carmen Laforet, sus narraciones de vacaciones en familia.

Atenta la mente a futuras entregas.

Saludos.

lolo dijo...

Espero que eso sea bueno, de Laforet sólo leí "Nada"
Lo mejor es que al escribirlo me acuerdo de detalles que creía olvidados. Un ejercicio para mi pequeña memoria. Gracias, Ana.

sunsi dijo...

Una serie, lolo. Me encanta tu narración y la forma de narrarlo. Pendiente... que ya puedo leer...

Bs

lolo dijo...

Sunsi, que alegría que leas. Me alegro de que te guste. Es un verano hortera... pero menos.
Un beso.