Creo que lo que escuchamos, leímos o miramos en la adolescencia se graba con fuerza en nuestro interior. Me pasa a menudo que me asalta una idea, o sensaciones, que reconozco como de antes, antiguas. Si me pongo a buscar, a veces encuentro el texto o el momento de donde surgen. A medida que uno se hace mayor acude con más insistencia a las raíces, a las fuentes en que bebió. Me parece precioso redescubrirse de esta manera. Aunque han pasado los años y la historia nos ha dejado muchos posos, están ahí, intactos, los motivos y las palabras.
Eso me ha pasado con este poema, que recordé sin saber cómo y me ha hecho volver a entender. Es de Vicente Andrés Estellés y no recordaba de él ninguno más, excepto éste.
He amado mucho la vida,
no como plenitud, cosa total,
sino, acaso, como me gusta la mesa,
ahora un pellizco de esta salsa,
oh, y este rabanito, aquel ajo tierno,
qué decís de estas merluzas,
es sorprendente la existencia de una cereza.
me gusta así la vida, este vaso de agua,
una muchacha que pasa por la calle
este verde
este pétalo
aquello
una pareja que se coge las manos y se mira a los ojos,
y todo con su breve nombre siempre en minúscula,
como este pajarillo,
aquel ombligo,
como el primer diente de un niño.
14 comentarios:
¿Por qué me pasa tanto contigo esa empatía...? Con los años te descubres canturreando esa canción sin saber por qué... o recordando aquello que te dijo ... o unos versos.
Precioso poema el que te ha asaltado, lolo. Las minucias, concretas, con nombres, con olores, con sabores, con manos y pies ... de la vida. Muy muy bonito. Lo copio.
Un beso, hedbana.
¡Pero qué poema tan bonito!
Porque la vida está esencialmente en lo pequeño.
Me gustan más los sabores cuando pertenecen al recuerdo. Ahora que soy mamá se acentuó en mi esa capacidad de "apreciación" del significado de lo "insignificante", si se puede llamar de alguna manera.
Un bico gordo Lolo
Será la memoria y la cosecha... que estamos ya en edad de cosechar. Guiño, guiño. También de seguir plantando pero menos, creo yo.
Se me acaba de ocurrir una entrada; a ver si la escribo, que luego se me olvida.
Sí que es bonito, Jesús. Me gusta sobre todo cuando dice "todo con su breve nombre siempre en minúscula". Me alegro de que te haya gustado a ti.
Y sólo lo pequeño se nos da fácilmente, todos lo podemos tocar. Gracias mariajesús, siempre me gusta que vengas.
Apreciar lo insignificante es hacerse mayor, Dolores. Y volver a ser niños, que es en el fondo de lo que se trata, creo yo.
Igual no tiene mucho que ver, pero a mi me recuerda que al final, estamos hechos para amar, y no hay nada más concreto que el amor...lleno de pequeñas insignificancias. Preciosos versos.
Gracias.
...lolo, "giñosas" palabras que nos traes tú.
Ayer oía un erudito viejecito que + ó - (hago signos del más y del menos porque me cuesta escribir, ya sabes...)
decía, que de peques vivimos de ilusiones, y de no peques vivimos de los recuerdos y sobre todo de las personas que hemos amado...era viejecito ese señor y se le veía con ilusión por la vida, supongo que porque habrá amado mucho...
Un brazo lolo! que con los dos brazos no puedo ;) (hago el símbolo del guiño, también)
Me reconozco en ese amor por lo que se escribe en nuestras vidas con minúscula.
Gracias lolo.
Muchas veces eres como un espejo para mí.
El amor es mayúsculo cuando se escribe con muchas minúsculas, ¿no?. Pues entonces sí que tiene que ver, Mariapi. Gracias por tu lectura.
Me gustan los acentos que se escriben entre los números y signos; así me lo enseñaron a mí. Por eso Tomae, ;) ó :). Cuídate.
¿No crees Blimunda que reconocerse en otro es una forma de amistad? Pues entonces me alegro, también me reconocí en tu nogal.
Publicar un comentario