lunes, 19 de abril de 2010

miran y salvan


Mirar bendiciendo no es algo exclusivo de los que creen, ni de los niños. Hay miradas que bendicen sin saberlo.

No es difícil encontrarlas en la calle, donde está la gente de verdad. Están tocados por esa varita de la bendición en los ojos. Pasan, y derraman gratitud, ternura. Miran y salvan.
He conocido algunas personas así. Gente que al creer que somos buenos, al bendecirnos,  hace que lo intentemos.

Me gustaría saber el secreto de esas miradas. ¿Sabrán mirarse igual a sí mismas?

4 comentarios:

Mariapi dijo...

Ben-decir, ver como bueno, es premisa para amar. Quien nos mira descubriendonos como bien, ama.
¿Cómo es la mirada íntima e interior de quien es capaz de mirar así, por la calle? Me maravillaría saberlo.
Intuyo que es una mirada que sabe encontrar tesoros dentro para seguir regalando.

ana dijo...

... yo tengo unos ojillos así en casa. Se posan en todo de una manera especial. Y como dice Mariapi, siempre encuentran tesoros.

Saludos.

lolo dijo...

Qué bien has encontrado las palabras, Mariapi. Gracias.

lolo dijo...

Se posan, esa es también la palabra.
Gracias, Ana.