lunes, 12 de abril de 2010

cosas que abrigan y acompañan


Qué cosa tan estupenda son las colchas y las mantas. Ahora que empieza a cambiar el tiempo vuelvo a pensar, como cada año, la suerte que tengo.

En invierno me echo una manta casi polar cuando estoy en el sofá. Da rabia cuando me la quitan. Puedo pasar sin ella, pero cuando la pillo... qué gustosa y suave, y qué manera especial de abrigarme tiene. En los brazos, en los pies, en las manos si las meto dentro. 
Pero en otoño es excesiva, aunque no pesa. Entonces me paso a la manta de mohair de mi abuela. Me la regaló cuando tenía quince años y no entendí cómo se le había ocurrido aquello. Cada vez más gastada y vieja, es perfecta para las tardes cortas y lluviosas. 
Mi forma de taparme preferida es la colcha de verano; de algodón esponjoso, grande. Es lo mejor cuando ha hecho calor durante el día y refresca por la noche. 

Qué gusto volver a esta casa del blog, que también me abriga y me acompaña. Qué bien que en primavera tenga el calor de las letras para acercarme a junio, mi mes preferido...

6 comentarios:

ana dijo...

Veo que tenemos aficiones parecidas... mantas... son una irremediable atracción. De todos los colores. Para cada una de las estaciones...

... qué bien que has vuelto!!!

Mariapi dijo...

No soy de mantas. Aunque parece un gusto anticuado, a mi me gusta envolverme en pashminas, chales, o toquillas, según se tercie. Han ido llegando a mi armario, y todas las conservo, todas tienen un específico modo de protegerme.
Tu esperada rentrée me ha hecho darme cuenta de esta manía que hasta ahora yo misma desconocia. Un abrazo¡qué gustazo que estás aquí!(Casi suena a una mala imitación del conocido "es bueno que existas" de Piepper, pero no lo cambio, ha sido espontáneo)

lolo dijo...

Ana, más que afición es ilusión lo que me hacen las mantas. Se ríen de mí...¿una mantita? Pero es verdad que acompañan mucho.

lolo dijo...

No, no, a mí me parecen más anticuadas las mantas. Los chales y toquillas son como más estilosos; con la manta enrollada no puedes ni salir a abrir la puerta. Las mantas son compañía de los más solitarios o de los que buscan algo de abrigo en soledad, a mi gusto.
Piepper me cae bien.
Gracias, Mariapi.

El alegre "opinador" dijo...

¡Qué descriptiva la sustitución de las "mantas" a lo largo del año en función del tiempo! A mí me pasa lo mismo. Del edredón nórdico en invierno a la colchita (o nada, dependiendo del calor) en verano.
¡Qué bueno verte por la blogosfera!
Besos.

lolo dijo...

Sí, no es difícil describir lo que pasa cada día por nuestros ojos. Pero el edredón no lo aguanto. Otro día lo explico.
Gracias, Alegre.