jueves, 18 de noviembre de 2010

hilos y botones



Hoy me he dedicado a ordenar el costurero. No vaya nadie a creerse que soy una manitas, nada de eso. Es un costurero normal, de una casa cualquiera. Ha sido todo un recorrido por la historia de mi vida... de casada. Antes había hecho pinitos en el cole, con poca fortuna y peores resultados.

Luego hubo una época en que sí, le di alguna vuelta al tema de los hilos. Se me ocurrían cosas, aunque  no sabía hacerlas. Como aquellos vestidos de colibrí, ¿te acuerdas?. Y muchas tonterías con cintas de colores, qué bien lo pasaba. Aprendí nido de abeja para hacerle un traje a mi primera sobrina. El corazón es el que manda en los dedos, por brutos que sean. O será al revés, aún no lo entiendo.



Primero he ordenado los hilos rosa, había muchos, no todos los rosas son iguales. Algunos usados, otros apenas, para aquel vestidito. Iba a buscarlos con la muestra, era un gusto probarlo en casa y ver que coincidían. Azul claro menos, los chicos simplifican al principio. Dos amarillos, algún verde agua, aquella boda, los zapatos, era momento de cintas y me empeñé en ponerles una. Naranjas, recuerdo exactamente adónde fueron. Y rojos, los que están entre las costuras de todos estos años, que son muchas. En batallón, más tarde, los marrones, beig y grises. Y el azul marino, qué raro, sólo uno. Los de algodón  buenos y los del chino. Los de zurcir y los hilos de madeja. O las prisas, me llevo dos y ya lo probaré en casa. O el desinterés, lo pongo blanco y ya lo cambiaré otro día. Bueno, blancos había muchos.

Pero lo que más me ha gustado ha sido ordenar los botones,  cómo es posible que haya reunido tantos.  Daban ganas de ir a repasar la ropa, si no fuera porque sé que nos abrochamos todos los días. Sólo blancos, sin contarlos, más de cien; de nácar, de pasta, redondos o cuadrados y de otras formas. Y los chiquititos de colores... el de rayas del camisón de M., los rojos de los vestidos de las niñas, los de los vaqueros más tarde. ¿Y dorados?  Los tengo en una caja aparte pero no entiendo de dónde han salido. Se llevaban antes, pero ¿tanto?.

He dejado a mano  los hilos básicos y las agujas medianas. El dedal, el huevo para zurcir  y las tijeras. Botones blancos de dos tamaños y dos o cuatro agujeros. Lo demás, tal vez, más adelante... me da por hacer faldones deconstruidos o lo heredan mis hijas. La vida es tan sorprendente... como esos botones dorados, ¿de dónde habrán salido?.

14 comentarios:

tomae dijo...

...lolo en mi casa siempre se ha tocado el tema de la costura, (me encantaba perderme en el cajón de los retales)...Ahora mi Reina es una auténtica fan de punto de cruz.

No me creo lo de tus dedos brutos, en serio, no me lo creo, dí lo que quieras ¿como me voy a enfadar? ... si con el corazón que tienes hilas muy fino...

Un abrazo lolo!

Blimunda dijo...

Yo tampoco me creo lo de tus dedos y pienso como tomae, con ese corazón que se intuye que tienes, no puede ser, no.
El costurero es como el hormiguero emocional de una casa, algo muy especial o será que a mí me lo parece porque veía a mi madre coser tanto, tan tranquila...Y yo también coso algo. Si tuviera tu dirección te enviaría un acerico de los que hago para las amigas.

Besos lolo

Mariapi dijo...

¡Cuánto he disfrutado con la poética disección!
Es que los costureros son como "la caja negra" de la familia...todo queda registrado.
Gracias, este fin de semana voy a coser, cuando rebusque por el costurero procuraré recordar.

lolo dijo...

Sí, Tomae, en casi todas las casas hay un costurero. Y retales, sí. Bueno, eso creo. Lo del punto de cruz de tu Reina también me dio a mí fuerte. Luego lo dejé, porque se me hacía de día...

¿Tendré que explicar exactamente cómo son mis dedos? Lo sé muy bien, no quiere decir que no haya intentado domesticarlos.

Gracias por venir, Tomae.

lolo dijo...

Brutos, torpes, qué más da Blimunda. No pasa nada.
Yo sé que mi madré me curó por mirarla mientras cosía despacio. Es así, y sé que tú vas a entenderlo.

Gracias, mariposa. Ya vuelas, seguro.

lolo dijo...

Me alegro si te ha gustado. Te envidiaré mientras coses... tú sí, Mariapi.
Si rebuscas verás como hay botones dorados, estoy segura. Y muchos.

tomae dijo...

jajaja otro " Gracias por venir"

Mariapi dijo...

Sí, sí ...hay un montón de "trrrremendos" botones dorados...imposibles de reciclar. Bueno, un día utilicé uno para escribir un cuento con mi hija...tendré que postear eso...

Me gustan mucho los botones de nacar, tan ligeros, cada uno distinto...suelo cambiarlos en las prendas nuevas, si son de plástico, busco en el cajón y reciclo. Son mágicos. Dan un toque especial.

Gracias. Ya estoy cosiendo...los chicos tienen exámenes y será un fin de semana muyyy casero.

lolo dijo...

Claro que sí, Tomae. Siempre gracias.

lolo dijo...

Trrrrremendos, pero están. Por algo será, Mariapi.

También yo he cambiado plástico por nácar. Si pudiera contarte los vestidos de Primera Comunión de mis hijas... ibas a disfutar, seguro. No los hice yo, eh?, pero me los has recordado.

Acabamos de pasar los trimestrales, te comprendo. Mucho ánimo, hilos y botones.

tomae dijo...

¿no estabas en el circo?

lolo dijo...

Estuve. Pero me dieron una butaca tan lejos, tan lejos... que me salió mal el video.

sunsi dijo...

Un beso fuerte, lolo, de parte de la que duda que algún día tenga ordenados este tipo de enseres.

Enhorabuena... Miro la caja de costura desde que leí tu post. He sumado otro frente abierto de los clasificados como ¡¡¡URGENTE!!!

Otro beso, hedbana

lolo dijo...

Uy no, Sunsi. De urgente nada. Ordenar el costurero es algo que se hace de tanto en tanto, y no hay que tener prisa.

Así, como tú lo tienes, lo tenía yo hace tres días y más de trescientos hacia atrás. Cuando lo ordenas tiene que haber ganas y un estado especial que va de dentro hacia fuera. Si lo pones como urgente no te queda bien y no disfrutas... te lo digo.

Total, déjalo para cuando tengas ese momento; sólo lo sugiero.

Otro beso, Sunsi.