Erase una vez un día de arroz blanco y normalidad. Tras muchos colores volvían a casa el orden y el sosiego, con un punto de pena, también. Descreída, se me acababa la magia al pensar en el mantel de cada día y el menú.
Pero... yo creo, sí creo; yo creo en las hadas. Una me ha llegado por correo, en un sobre pulcro y con olor a madre, cuidadosa y corazón. Tangible y cierta, contra todo pronóstico virtual. La otra, con una noticia de amor y de vida, para el día catorce de este mes. Dos hadas que me han hecho llorar. Las dos han llenado de Navidad mi mantel de diario y el blanco arroz.
He empezado a oir el rumor a lo lejos. Eran muchas las voces y entonaban la misma oración. Gracias por existir, hadas y nubes y madres del más acá.
9 comentarios:
Las hadas siguen estando en las mesas con manteles sin bordar, arroz blanco y hasta con acelgas. Pero les gusta jugar al escondite. A mi es cuando más me hechizan, cuando hacen brillar los vasos del ikea con los dorados que han guardado de las copas de fiesta.
¡Yo creo, sí creo!Por muy lejos que esté tu isla, el clamor llega hasta aquí.
P.D Para tangibilidad de lo virtual, lo de los 100 dólares mensuales...
Caray, Alejandro. Justo vienes hoy, día mágico. Pero en fin, el dólar es el dólar, eh, amigo? Bueno es saber que buscas clientes, pero aunque quisiera no sé cómo pueda remitirte este blog... no lo entiendo.
Si sabes y puedes vuelve a intentarlo a través de Campanilla.
Gracias y feliz año.
¿Tú sabes, Mariapi? Si es que la magia es total cuando bajas la guardia...
Los manteles están guardados, pero este año no voy a plancharlos. Creo que es mejor hacerlo cuando vuelvan a la mesa. ¿Tus vasos de ikea brillan a diario? TU casa está llena de hadas, estoy segura.
Yo creo, sí creo.
Pero que nulo espíritu emprendendor, hedbannna!!!!!!
Cien pavos por mercantilizar el verbo juguetón y, en lugar deso, dale con las hadas y los duendecillos.
Anda queeee, no vamos bien, nada bien ¿cómo saldremos de la crisis, leñe?
MAGAS, MAGAS, QUE TE AMAGAN
Magas, magas,
que te amagan,
con su verbo y su presencia,
que te saludan y te aman.
Dondo vueltas en lo virtual,
te regalan con encanto,
lo mejor de su arsenal.
Y tú allí, en la isleta,
en aquellas tierras lejanas,
que sabemos es secreta,
porque a tí te da la gana.
Algún día nos juntaremos,
alrededor de un mantel,
y entre vinos y canciones,
¡no te lo vas a creer!
Pues es cierta la existencia,
es vivo el palpitar,
de quien escribe estas letras,
del que te saluda al caminar.
Tal vez seamos suspiros,
o sólo magia virtual,
pero si nos juntamos en verano,
de risa se partirá,
hasta tu espina dorsal.
Y ya me marcho presuroso,
tengo el camión arrancado,
que al precio que está el gasóleo,
me marcho que tengo el porte,
casi, casi, arruinado.
Más para unas letrillas,
siempre hay tiempo y constancia,
pues la oportunidad la dicta,
las hadas de la abundancia.
.
Si no creyera en las hadas no dejaría de venir por aquí...
A veces pienso que un día... (bueno no lo digo)
Aka, ¿tú no conoces mi otro blog, no?
Sabía que también vendrían los duendes. Gracias por estos versos tan llenos de... Driver, eso son.
Nunca digas del todo que no.
Tomae, eres impenitente. Es más fácil llegar hasta la isla siendo hada o duende que a base de "monetización".
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