jueves, 29 de abril de 2010

jugar en serio




No tendría más de seis años. Comíamos en casa de los abuelos. Y mientras en el comedor seguía la sobremesa, nosotras nos retiramos a aquel cuartito para jugar a papás y mamás. Siendo P. la hija, claro. Entonces... es posible que yo tuviera más de seis años, no podía ser tan pequeña mi hermana.
Recuerdo los cacharritos con los que preparamos la comida;  P. me ayudó a deshacer la goma Milán con la que cocinamos el puré. Sería de patata o espinacas, porque era blanco, verde como mucho.
Una vez tuvimos la goma reducida a grumitos pequeños, la textura era casi perfecta, empezamos a jugar.
Te lo comes, venga. Y ella que no, que no le gustaban los purés tan fríos. Y yo que sí, que es muy bueno y está calentito, mira. Y que no ella, que no era tonta aunque fuera pequeña. Y a mí que se me estaba rebelando mi hija y eso no era posible, que en casa había que comérselo todo. 
Me vino a la cabeza entonces la frase, a alguien se la habría oído, no quiero seguir pensando. 

Si no te lo comes te lo meto por la nariz.

Y como P. se resistía como un animalito y yo tenía que cumplir mi misión de alimentarla por encima de todas las cosas, la cogí con mucho cariño y aunque haciendo algo de fuerza empecé a meterle el puré por la nariz y P. a llorar, y eso que siempre fue muy buena, y luego a toser y a ponerse roja, muy roja. Hasta que vino mi abuela a salvarla. Luego mis padres, y ya no me acuerdo de más.

Quiero pedirte perdón, P. por aquel día y también por haberlo contado. Quiero decirte que no voy a tomarme tan en serio las cosas.

miércoles, 28 de abril de 2010

de más cerca


A causa de un contratiempo con la policía y mi coche, llevo varios días andando. No hay otra. Esto tan obvio para muchos es para mí novedad de las grandes.
El caso es que me voy fijando en  lo que pasa a mi lado. Cuando voy en coche, en cambio, tiendo a la introspección y al despiste. Y aquí volveríamos al incidente.

Hoy, por ejemplo, he pasado por las pistas de tenis donde jugaban mis hijos de pequeños. Y en su lugar había otros niños, del mismo tamaño, con las mismas raquetas y las mismas madres detrás de las vallas.
He visto abuelas paseando al sol con sus nietos,  jugando a hacerles cosquillas con la ramita de un árbol.
He visto las ambulancias de cerca, descargando camillas con gente enferma a la que podía ver la cara.
He visto gente mayor apoyándose en un inmigrante, y sonreían.
He olido al pasar por la pescadería y el horno. He  saludado a una amiga y nos hemos parado de espaldas al sol para hablar de los hijos.

En breve resuelvo el problema del coche. Pero creo que voy a autodeclararme persona que anda. Un día a la semana, porque andar no me gusta. Lo que me gusta es esa distancia.


lunes, 26 de abril de 2010

domingo, 25 de abril de 2010

dos pelis y un menú


Este finde hemos celebrado el cumple de M. Es tradición que quien cumple elija menú y peli.

Vimos Avatar en casa. Les hacía ilusión a todos. Por mi parte conseguí aguantar un 30% de la película con los ojos abiertos. Mis hijas dicen que son más guapos los indígenas que los marines. Y se aman: "te veo", según ellas reconociéndose. Luego esas guerras tan largas y predecibles. Y el árbol madre y ese tufillo. En fin. Muy larga.

El sabado era el gran día. Quince años; a mí siempre me ha parecido bonita y se lo dije. Eso y más cosas.
M. es una forofa del mar y sus animales. Nos propuso ir al cine para ver Océanos. Antes hubo que concienciar a sus hermanos de que era su regalo y debían intentar poner buena cara. Un precioso documental que merece la pantalla grande. Y al que le sobran el narrador y parte de la música. Puestos a concienciarse prefiero esta conciencia a la de Hannah Montana. Mantuve la boca abierta casi un 40% de la película. Más aún cuando comprobé que M. reconoce por su nombre al 85% de las especies marinas. Ole mi niña. Y más cosas.

El menú elegido fueron los huevos Susana. En una bandeja de horno se colocan rebanadas de pan de molde algo tostadas. Se cubren de bechamel, no muy clara, y se coloca un huevo poco frito encima de cada cuadrito. Y luego, una loncha de queso para fundir. Se gratina.

M. está contenta. Basta mirarla a los ojos que hablan más cada día.

jueves, 22 de abril de 2010

lunes, 19 de abril de 2010

miran y salvan


Mirar bendiciendo no es algo exclusivo de los que creen, ni de los niños. Hay miradas que bendicen sin saberlo.

No es difícil encontrarlas en la calle, donde está la gente de verdad. Están tocados por esa varita de la bendición en los ojos. Pasan, y derraman gratitud, ternura. Miran y salvan.
He conocido algunas personas así. Gente que al creer que somos buenos, al bendecirnos,  hace que lo intentemos.

Me gustaría saber el secreto de esas miradas. ¿Sabrán mirarse igual a sí mismas?

domingo, 18 de abril de 2010

jueves, 15 de abril de 2010

instantáneo y pequeño




A veces mezclo los recuerdos con las fotografías. Esto me pasa porque la memoria se me  ha ido quedando pequeña. O porque han crecido demasiado los recuerdos. Me asombran los que son capaces de recordar datos, fechas... tienen suerte. Yo ando ligera, en cambio. Me consuela pensar que así me queda más espacio para el  presente. Una forma de animarme, está claro.

El caso es que creo recordar cosas de las que solo queda una imagen. Por ejemplo, mi recuerdo de la Primera Comunión es una foto en la que aparezco con un relojito enano en mi muñeca izquierda, mirándolo así, como de lado. Y esa imagen me habla de todo lo demás, parece mentira.

Ahora, cuando veo algo nuevo, miro y me encuentro sorprendida de encontrarlo. Enseguida sé si va a gustarme, si va a formar parte de algo mío. Me pasa con libros, con objetos, con tomates... con cosas que me gustan. Me pasa también con las personas.

No es química porque los tomates no  alteran mis hormonas. No digo que no tenga reacciones químicas. Digo que hay algo más que eso. Aunque sea instantáneo y pequeño. No sé si se me entiende.

No se mueva nadie, en breve volvemos a la cordura.



miércoles, 14 de abril de 2010

postexperimento








Hoy tengo ganas de jugar. 

Quería  hacer lo contrario de lo que suelo; escribir algo y después buscar  una imagen. Haciéndolo al revés me llamó la atención esto. Creo que le estoy robando a alguien algo, pero como google es tan inteligente me lo dirá, seguro. 

Si pasáis  por aquí... decidme: quién es Booba y quién Kiki. No se valen trampas.

La etiqueta "elucubrar" va ganando a las otras. Qué curioso. Siempre se puede seguir pensando.

lunes, 12 de abril de 2010

cosas que abrigan y acompañan


Qué cosa tan estupenda son las colchas y las mantas. Ahora que empieza a cambiar el tiempo vuelvo a pensar, como cada año, la suerte que tengo.

En invierno me echo una manta casi polar cuando estoy en el sofá. Da rabia cuando me la quitan. Puedo pasar sin ella, pero cuando la pillo... qué gustosa y suave, y qué manera especial de abrigarme tiene. En los brazos, en los pies, en las manos si las meto dentro. 
Pero en otoño es excesiva, aunque no pesa. Entonces me paso a la manta de mohair de mi abuela. Me la regaló cuando tenía quince años y no entendí cómo se le había ocurrido aquello. Cada vez más gastada y vieja, es perfecta para las tardes cortas y lluviosas. 
Mi forma de taparme preferida es la colcha de verano; de algodón esponjoso, grande. Es lo mejor cuando ha hecho calor durante el día y refresca por la noche. 

Qué gusto volver a esta casa del blog, que también me abriga y me acompaña. Qué bien que en primavera tenga el calor de las letras para acercarme a junio, mi mes preferido...

lunes, 5 de abril de 2010

post a solas


La Pascua puede ser florida y hermosa, o calmada y bella.
Han sido unos días especialmente... estupendos y difíciles.
Disfruté de una Vigilia Pascual de 5 horas con mis tres hijos adolescentes. Estoy muy orgullosa de ellos pero no pudimos celebrarlo a la salida porque estaba todo cerrado. Es posible que algún día os lo cuente. No he dicho probable, sólo posible.
Hace muy bien tiempo. No estoy inspirada.
Feliz Pascua.


Os saludo a todos  (sois miles, lo sé)